Cada 9 de febrero se reconoce en Colombia, la labor del periodista, aquel mediador social que aporta referentes y contextos informativos para que los ciudadanos participen en la conformación de una opinión pública. Aunque esta fecha principalmente nos invita a celebrar la vida y obra de nuestros próceres periodísticos, como universidad aprovechamos la ocasión para reflexionar en torno al quehacer periodístico en la actualidad.
Bien decía el periodista Risczard Kapuscinski, que el fenómeno más preocupante para el oficio, es que todo el escenario periodístico cambió cuando la noticia se convirtió en un negocio, y con esto se magnificaron los intereses comerciales y se sublevaron los valores humanos, ocasionando una crisis del periodismo, donde se olvidó el propósito de representar la realidad lo más fiel posible, obedeciendo a principios éticos universales.
Aunque el panorama es algo desalentador, como casa de estudios de buena parte de los comunicadores del Tolima, no podemos sobre cogernos, y por el contrario tenemos la obligación de analizar desde la academia los fenómenos que se deben confinar de la práctica periodística, y reivindicar los que puedan jugar a favor de la sociedad. Es por ello que hablamos con algunos docentes especializados en el tema para conocer su apreciación sobre el periodismo y los nuevos retos que desde la profesión han aflorado en los últimos tiempos.

La Directora del Programa de Comunicación Social – Periodismo de la UT, Directora de la Red de Emisoras Comunitarias del Tolima, Magíster en Territorio Conflicto y Cultura y docente, Marisol Mesa Galicia indica que en la actualidad se presentan muchas debilidades en el ejercicio de la profesión, tanto en la técnica y forma, como en el abordaje de los temas. Resaltó que el alma del periodismo es la ética, e hizo un llamado a reflexionar la manera como se cubren situaciones como el suicidio, pues en la política editorial de cualquier medio, debe primar el respeto por el otro.
«Tenemos la obligación de informar consultando todas las fuentes, sin caer en el amarillismo, ni en el sensacionalismo, debemos ser creativos a la hora de informar e informar de lo que hay detrás de los sucesos, saber por qué pasan ciertas cosas».
¿El periodismo nuestro es un servicio público que construye ciudadanías críticas? o ¿Es un periodismo que sigue estando a merced de la oferta mercantil? se cuestiona el Doctor en Comunicación, Magíster en Ciencias Sociales y docente de la UT, Diego Alberto Polo Paredes respecto al panorama informativo de ibagué.

Por su parte el profesor Carlos Arturo Gamboa Bobadilla, Magíster en Literatura de la Universidad Tecnológica de Pereira, Licenciado en Español y Literatura y Docente e investigador del área de las humanidades, respondería que aunque Ibagué es una ciudad intermedia que por muchos años ejerció el periodismo de manera empírica sin una fuerte tradición periodística; la aparición de las facultades y programas de periodismo, especialmente en la Universidad del Tolima, empezó a generar una actitud de cambio, pues hay jóvenes que están ingresando a los medios con un proceso formativo un poco más serio. Sin embargo, no se ha logrado permear del todo el ejercicio periodístico, y faltarán algunos años para que se dé el relevo generacional y se pueda valorar realmente el periodismo de la región.
Según el profesor Diego, el reto de las universidades en torno al periodismo consiste en dotar de mayor integralidad a los comunicadores, es decir que éstos conozcan la historia, los procesos estructurales económicos y políticos de su país, que entiendan los contextos para luego narrarlos.
“Hoy en día todos opinamos, y opinamos de todo, pareciera que somos expertos en todo, podemos hablar de la guerra en Irak como hablar del último suicidio en Ibagué, con una tranquilidad absoluta, como si estuviésemos emitiendo verdades, sin entender que nuestras opiniones no son verdades, sino simples opiniones”. Señaló Gamboa

El periodismo no se agota en la circulación de datos, hay elementos que deben ser procesados, contrastados y verificados antes de ser publicados. Los pasos anteriormente mencionados son un desafío para los comunicadores, cuando existen personas que informan todo el tiempo de cualquier manera, sin acudir a algún tipo de código de regulación ético. Enfatizó Polo.
Aunque los docentes entrevistados cuentan con diferentes apreciaciones, de acuerdo a su especialidad, sin lugar a dudas existe un punto de convergencia y es la necesidad de apostarle a la formación de personas éticas y comprometidas con su oficio; profesionales con la capacidad de ahondar en la información, construir pensamiento crítico y contribuir a la construcción de paz, reto que se viene afrontando desde la UT, desde el 2006, año en el que el programa de Comunicación Social-Periodismo empezó funciones en el alma mater.
Actualmente desde la Facultad de Ciencias Humanas y Artes se plasmó una reforma curricular al programa de Comunicación Social – Periodismo, que rige desde el semestre A 2019 y la cual se hizo desde una mirada epistemológica de la comunicación para lo común, donde se fortalece el área del periodismo, como otras áreas que se requieren.
«Ya se está pensando en una especialización en comunicación digital y una maestría en comunicación, desde ahí podemos hacer un gran aporte a nuestros colegas y a los medios de comunicación regionales» afirmó Marisol Mesa.